Seguí avanzado entre la oscuridad del pasillo. Esa
noche perduraría en mis recuerdos para siempre. Mi casi fallecimiento, la
muerte de mi hermana y el abandono de mis padres. Recuerdos dolorosos y
escalofriantes de mi infancia, aquel día me había cambiado por completo. Me habían
obligado a madurar de golpe. Hoy era el día en que se me concedería la libertad
y me obligaban marcharme del orfanato en el que había vivido durante ocho años
entre gritos, llantos y dolor. Siempre había querido volver al lugar en el cual
la muerte había estado muy cerca de mí y en donde perdí lo único importante que
me quedaba tras la muerte de mi gemela, la pulsera roja que nos regalamos la
una a la otra por nuestro noveno cumpleaños y que se me cayó en algún momento
de esa inolvidable y angustiosa noche. Si la encontraba podría seguir con
mi vida, hasta a lo mejor podría intentar
olvidar el pasado y centrarme en el presente pero para ello necesitaba ese
amuleto. Cada vez se me hacia más difícil ver, la oscuridad predominaba en el
lugar. De pronto empecé a oír unos extraños ruidos. Avancé en dirección a
ellos. Ese sonido se me hacía familiar, conocido. A medida que avanzaba las
paredes iban adquiriendo un aspecto más desolador y el putrefacto hedor que
desprendían provocaban que contuviera el aliento. Al acercarme más al
desagradable sonido, pude identificarlo como gemidos. Lastimosos y afligidos.
Se fueron haciendo más fuertes y sonoros, hasta que ese sonido se impuso al
latir desenfrenado de mi corazón y al crujir del suelo podrido causado por mi
peso. El miedo hacía tiempo que me acompañaba, erradicándome sollozos de
terror. Mi tez había adquirido un tono blanquecino. La palidez hacía resaltar
el temor que se hallaba en mis dilatados y nerviosos ojos. Me paré en seco
cuando encontré la puerta de la cual procedían aquellos incesables gemidos.
Esta permanecía cerrada. Coloqué una mano sobre la puerta, su tacto era áspero.
Puse mi otra mano también en ella y sin pensarlo empujé la puerta. Esta ante la
presión en la que se encontraba, cedió causando un chirrido funesto. El pulso
se me había acelerado peligrosamente, podía sentir el movimiento de la sangre
en mis venas, el vaivén del flujo que entraba y salía de mi fuente de vida. El
sudor me empapaba la frente. Mis ojos se negaban a levantar la vista del suelo
por temor a lo que pudiesen observar. Pero algo me obligó a hacerlo, más bien
la curiosidad me mataba por dentro pues desde que había accedido a la sala un
silencio sobrecogedor se había apoderado de la estancia. Con lentitud forcé a mi cabeza para que se
alzara, pese a su resistencia conseguí mi objetivo. Ojalá hubiese hecho caso a
mi instinto. La escena que se mostraba frente a mí me paralizó. Cerré los ojos.
Los abrí. Los volví a cerrar. Los volví a abrir. No quería creerlo. Un rayo
ayudó a mi visión a observar el lugar. Grité. Lloré. No podía ser. El
terror me provocó un irremediable temblor.
Quería parar. Pero no podía. Me creí con fuerzas para observar la
escena. Me equivoqué. El corazón galopaba en mi pecho. El sudor recorría mi
cuerpo. Cada parte de mi ser era súbdito del terror. Era la habitación donde
estuve a punto de morir. En la cual falleció mi hermana. La cama estaba ocupada
por alguien. Oculto por una sábana. Avancé un paso. Seguido de otro. Y otro…
Hasta que me encontraba enfrente de la cama. Respiré profundamente. Una. Dos. Y
tres veces. Levanté la mano y la guié hasta la sabana. La agarré con fuerza. No
quería pararme a pensar qué era lo que se ocultaba bajo ese desgastado y sucio
trapo. Tiré de ella y cerré los ojos de golpe. Ya había destapado la camilla,
ahora solo me faltaba un poco de valor para observar qué era lo que se escondía
tras aquel trapo. “Ya he llegado hasta aquí, ahora no puedo echarme atrás”. Me
dije a mi misma intentando darme ánimos. Suspiré lentamente. “No soy una
cobarde” Seguí pensando. “Lo puedo hacer, solo tengo que abrir los ojos” Con estas
conseguí estimularme y realizar mi propósito… Abrí los ojos. Observé
atentamente lo que se encontraba justamente en frente de mí. Nada. Desconcertada
palpé la camilla en busca de aquel objeto o cosa que había provocado la elevación
de la sábana. Una búsqueda inútil. Mi pulso se había normalizado y el terror
que anteriormente me acompañaba, había desaparecido por completo. Gracias a la
ayuda de otro rayo pude ver algo en el suelo a escasos metro de mí. Me acerqué
lentamente mientras mi pulso se volvía a acelerar pero esta vez no de miedo
sino de alegría. Una alegría que no tardó nada en envolverme cuando el pequeño
objeto estuvo entre mis manos. Mi pulsera. Me volteé para irme de ese lugar en
cuanto antes dado que mi misión ya la había cumplido, pero algo se encontraba precisamente
detrás de mí. Algo de lo que no me había percatado por el regocijo que me había
dado encontrar la pulsera. Instantáneamente me paralicé. Mi mente intentaba sin
éxito procesar la información que mis ojos le estaban dando. No sé con
exactitud cuanto tiempo estuve ahí quieta frente aquella cosa, pero en cuanto
me cercioré de que todo estaba ocurriendo en mi mente salí corriendo por la
puerta en busca de la salida. Nunca más volvería a entrar ahí. Nunca más, ni
tampoco contaría a nadie lo que vi que aquella cosa portaba en la muñeca. Aquel
objeto que me hizo palidecer. La otra pulsera roja.
Espero que os halla gustado ^^ El próximo miércoles colgaré otra entrada no sé si será otra historia corta o una reflexión ^^ Bss y gracias por leer :)
4 comentarios:
Hola! :)
Me he leído las dos partes de este relato y me encanta, mu intrigante. Escribes muy bien ¡Sigue así! ^^
Besos cielo.
PD: Espero verte por mis blogs. ;)
Sollozos En Mitad Del Bosque
Pensamientos De Adolescencia ∞
Muchas gracias ^^ sabes q tu blog me encanta y estoy super pillada p la historia de sollozos en el bosque ^^
Muchas gracias p el cumplido tú tbn escribes genial ^^
Hola cielo!
Me encanto el relato, escribes super bien, ya te lo he dcicho antes pero es cierto.
Me gustaron ambas partes que subiste^^
Un beso cielo! May R Ayamonte ∞
Muchísimas gracias p el cumplido¡¡ ^^ ya sabes q me encanta tu forma de escribir y soy tu fan ^^ Espero q algún día me des tu autógrafo (lo digo en serio)
Bss y gracias p sacar tiempo para leer mi blog :)
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