26/12/12

Yo, Yo y Yo. No tú.


Derramé un millón de lágrimas por tu culpa. Me acuerdo que su paso entre mis labios fue amargo… Sentía un dolor constante en el pecho, me dolía tanto que apenas podía respirar


+No te preocupes es un imbécil.


-No te merece.


Miles de frases eran dichas con el propósito de hacerme sentir mejor, más todos sus esfuerzos eran en vano. El verde de tus ojos me perseguía en sueños.  Observaba cada día como tú proseguías con tu vida y yo me quedaba anclada en el pasado, me había quedado prendida en el recuerdo de tu amor.  


El tiempo iba transcurriendo pero el sufrimiento no se desvanecía con él. Me dolía verte sonreír. Me dolía verte avanzar en tú camino mientras yo me quedaba estancada en mitad del mío esperando tú retorno.


Al menos había algo que lograba por unos segundos que el malestar me liberase: <<Tú vergüenza>> Que a pesar de tú sonrisa pienses en todo el dolor que me has causado y no puedas sostenerme la mirada. Eso significa qué te importaba más de lo que admitías.



Pero ahora estoy cansada de sufrir, estoy cansada de llorar por alguien que no lo merece, por alguien que no hizo más que mentirme. Ahora la que sonríe al verte soy yo, la que va ganando en esta carrera soy yo, la que está triunfado soy yo. YO, YO, YO. No TÚ.  Es gracioso la de vuelcos  que da la vida ¿verdad? Antes era yo la que sufría en silencio, mientras tú reías; ahora los papeles se han invertido y la que sonríe soy yo.



<<No derramaré lágrimas por el pasado, sino que derrocharé sonrisas en el futuro>>

19/12/12

El desprecio de un sueño

¡Hola! ¿qué tal estáis? ¿os han dado ya las notas? La entrada de hoy trata sobre los sueños y el esfuerzo que conlleva conseguirlos, mucha gente cree que solamente con chasquear los dedos ya se han cumplido. Pues no, los que lo han logrado es porque han luchado por ellos. Ya estoy un poquito harta de que critiquen o infravaloren un esfuerzo tan grande. ^^




No todo en la vida es soñar. No podemos vivir de ilusiones y esperanzas. No podemos aguardar nuestro sueño sin haber luchado por él. Sin haber derramado tantas lágrimas como granitos de arena hay. Sin habernos levantado una y otra vez tras caer rendidos por las continuas batallas sin haber perdido la esperanza de alcanzar lo que queremos. Hay gente que cree que sus sueños se harán realidad sin derramar ninguna gota de sudor ni sufrir una agonía constante. Creen que los que lo han logrado no han luchado contra tierra y mar por conseguirlo. Creen que no perdieron nada en su travesía. Se equivocan. Su meta tiene un precio, un coste que muy pocos están dispuestos a pagar. Y por ello tienen el comodín de la elección. En su camino se han encontrado con diferentes obstáculos que han conseguido traspasar con éxito, pero el más difícil se halla al final del camino, cuando se divide en dos. Ellos deben elegir por qué lado ir. Uno en el que continuarán como estaban, sin avanzar ni perder nada, o arriesgarse dejando todo atrás y colocándose en manos del destino. Muchos se han arriesgado y han perdido, pero otros han conseguido lo que tanto ansiaban. Nadie sabe con qué mano jugará el destino en su vida pero todos sabemos que el que no arriesga no gana. Y el que más sueña poco consigue.

<<Si tienes un sueño lucha por él, no esperes a que este se cumpla por arte de magia, eso solo ocurre en las películas. Quien quiere algo, algo le cuesta. Así es el dicho y así será  por siempre. >>

Espero que os halla gustado ^^ 

Bss y feliz navidad a todos ^^


13/12/12

Forever

¡Hola! ¿qué tal estáis? yo genial pues hoy he acabado todos los exámenes difíciles (solo me queda el de plástica en inglés mañana pero ese es muy fácil) Siento no haber podido pasarme esta semana a contestar vuestros comentarios ni a leer vuestras entradas pero los exámenes son lo primero desde mi punto de vista ^^ Bueno se supone que ayer debí de colgar una entrada pero hoy tenía examen de sociales y como soy una cabra loca pues me dejé dos temas de 20 hojas cada uno para el último día (ya os imaginais que estuve super estresada pero creo que sacaré un 9 o por ahí) Espero que os guste esta entrada, la verdad es que la empecé a escribir cuando me peleé con una de mis mejores amigas y creí que la iba a perder. Lo pasé realmente mal... Pero arreglé todo enviándola una tarjeta de mejores amigas ^^ No seais tontas y si os pasa algo parecido tragaros el orgullo y pedir perdón.



Siento como si algo me oprimiese el pecho impidiéndome respirar. Las lágrimas se van acumulando en  mis ojos y sé que en algún momento no podré aguantar, no me quedarán fuerzas, y las lágrimas surcarán mis mejillas mientras intento mirar hacia otro lado para que no te des cuenta. Siento que lo he perdido todo, que ya no me queda nada por lo que luchar. Solamente quedan los recuerdos. Escasas imágenes borrosas de cuando aún era feliz. De cuando me levantaba con una sonrisa y me acostaba con otra. De cuando nuestra amistad era tan flexible como el plástico y tan dura como el diamante. De cuando un para siempre significaba para siempre y no un hasta que me canse de ti. He cometido errores lo admito. Pero soy humana, he nacido para equivocarme y aprender de mis fallos. Para dañar sin saber y buscar la cura del dolor. Pero ahora mismo me hallo en un foso del cual será difícil salir, la caída me ha hundido demasiado y alguien ha aprovechado ese momento de debilidad para implantar un peso sobre mí. Un peso reforzado con una coraza de mentiras, insultos y críticas. Por favor, ya no me quedan fuerzas, te suplico que me ayudes al igual que yo te ayudé a ti cuando me necesitaste. Trágate el orgullo y ven en mi busca. Al igual que yo hice por ti. Porque aunque nos equivoquemos y causemos disputas entre ambas, sé que me necesitas tanto como yo te necesito a ti.





Admito que es un poquito cursi... pero la escribí en plástica mientras estaba disgustada con mi mejor amiga ^^

4/12/12

Lágrimas a sangre fría.

¡Hola! Ya sé que hoy no es miércoles pero esque mañana no voy a poder publicar una entrada nueva, y la verdad, es que me ha costado mucho coger el hábito a escribir una entrada para cada miércoles como para romperlo ahora. ^^ Hoy os dejo una mini historia que quiero presentar al concurso de mi instituto. Es corta porque lo máximo es una hoja word. Espero que os guste ^^

 
18 de Julio de 1936
 La noche estaba cayendo en los barrios bajos de un pueblo en la periferia de Madrid. El frío iba penetrando poco a poco como afiladas agujas en el cuerpo de los vagabundos que inútilmente  se arropaban con resquicios de algunas cajas de cartón. En una sombría esquina de una calle muy transitada por gente de bajo estatus social pero también muy conocida en los barrios de riqueza, se hallaba Elisa. Vestía un vestido rojo un tanto antiguo ajustado en sus senos y su cintura haciéndolos resaltar. Se encontraba a merced del frío, por lo que, aunque lo intentase, no conseguía hacer desvanecer aquellos escalofríos que recorrían su cuerpo deslizándose por su espalda hasta llegar a los pies. Intentaba aparentar juventud e inocencia pero ya poco le quedaba de ambas. A sus treinta y dos años ya llevaba impartiendo ese oficio desde que su madre la abandonó a su suerte a los dieciséis. Para su fortuna, un hombre bien vestido apareció por allí y requirió de sus servicios que le proporcionaron una elevaba suma de dinero.
          Varios días después.
            Un conflicto en los mandos superiores es el origen de una nueva guerra. La clase baja se enteró  por boca de un militar enviado especialmente para darles la noticia. Todo era muy extraño para Elisa quien no fue dotada con una educación y vivía en la absoluta ignorancia. Los días anteriores los ricos habían abandonado sus  costosas moradas dejándolas a merced de cualquiera, y yéndose en tren hacia las fronteras. Solo quedaba uno que iría en esa dirección, pero no todos podrían acceder a él.
            En la estación y sus alrededores, se arremolinó una gran multitud tras extenderse la noticia. Elisa se hallaba en medio de todos, estaba asustada y en su mente solo había espacio para un pensamiento, sobrevivir. La marea de gente cada vez era mayor y varios murieron asfixiados o aplastados por otras personas. Cuando abrieron las puertas del tren todo empeoró. La gente empujaba sin importarles que fuera un niño, un anciano o una mujer, nadie podría culparles, su instinto de supervivencia había resurgido de las penumbras. 
Elisa había conseguido entrar, no le resultó fácil pero consiguió su objetivo. Se hallaba en el fondo del vagón, cubierta con una manta y encogida  en una esquina  con miedo a que por los empujones, acabara fuera del tren.  El aire escaseaba, el vagón ya había llegado al máximo de sus ocupantes, pero la gente seguía intentando hacerse un hueco en ese vehículo que, de momento, era su única salvación. Mucha gente gritaba desde fuera que los hombres se bajaran para que al menos los niños pudiesen entran, pero la cobardía se hallaba presente en cada uno de los varones. Entonces, una mujer advirtió a todos de la presencia de Elisa y tras multitud de insultos hacia su persona, la cogieron en volandas y,  pese a las súplicas e intentos de soltarse, tiraron a Elisa fuera del vagón. Tan solo por dedicarse al único oficio con el que podía ganarse el sustento todos los días.
Unas semanas más tarde
Elisa se hallaba en un sombrío cuchitril el cual antes podía considerarse como bar. Tras echarla del tren consiguió salir viva de la multitud y correr en busca de un refugio. No sabía cuanto tiempo había pasado,  podrían ser días, semanas o meses pues ella no había vuelto a ver la luz del sol, ya que el “bar” tenía todo lo necesario para abastecerse y no quería tentar a la suerte. Pero esta  no duró mucho. Tras varios días un escuadrón militar irrumpió en el refugio de Elisa y la llevaron presa. Pese a su edad y sus condiciones, Elisa era extremadamente bella lo que la hacía muy solicitada en su trabajo cosa que no cambiaría entre los sublevados. Abusaron de ella incontables veces, la maltrataron y la humillaron. Elisa sufrió durante meses hasta que empezaron los mareos y los vómitos, hasta que su periodo no volvió. Estaba embarazada. Elisa, presa del pánico, al darse cuenta de su situación, de que llevaba una criatura en su vientre, se dio a la fuga a la primera ocasión que se la dio para salvar la vida del ser que portaba en su interior. Corrió como nadie pero por su estado y su anatomía no pudo ir muy lejos. La cogieron y la enviaron de vuelta a la base, donde al enterarse de su situación la encerraron en una celda durante un par de días durante los cuales la privaron de comida y bebida.
Estaba oscuro cuando un soldado vino a buscarla. La llevó a rastras por todo la base puesto que Elisa no se podía incorporar debido a su desnutrición. La guió hacia una pista donde varios militares que no superaban los treinta, se hallaban con unos rifles. A unos metros se encontraba un grupo de personas, algunas conocidas por Elisa. Al ver el miedo que estos últimos portaban en sus ojos, supo por qué camino la llevaba el destino. Les colocaron a todos en una fila. Muchos lloraban y suplicaban. Elisa fue más práctica y cerró los ojos. Escuchó como apretaban el gatillo y abrían fuego. Elisa no volvió a abrirlos.
 
 
 
 
Espero que os haya gustado ^^ Este puente voy a estar sin internet y la semana que viene tengo 7 EXÁMENES :S!!!! No sé si me dará tiempo a escribir una entrada para el próximo miércoles pero lo intentaré ^^ Y si no pues os pondré otra de mis historias cortas :) 
 
 
 
 

28/11/12

Ríete de ellos destino



¡Hola! Ya es miércoles así que os dejo una nueva entrada ^^ Muchísimas gracias por vuestro comentarios en la anterior entrada me habéis convencido para que no la borre y la continue ^^ Gracias también por haber alcanzado ya los 100 seguidores. Espero que os guste :)
El tiempo ha hablado por los dos. Ahora ambos frente a frente se baten en un duelo de miradas. Los recuerdos se hallan presentes en ambas mentes pero se encuentran cubiertos por una capa de hostilidad. Ninguno se da por vencido, ninguno desvía la mirada. Ambos corazones laten con fiereza.


Son como el agua y el fuego;


Como la oscuridad y la luz.


Son opuestos.


Desconocidos el uno para el otro aunque en un tiempo lejano sus caminos estuvieran entrelazados.


Han cambiado.


Ambos han tomado rumbos distintos.


Y la distancia les separó, pero el destino ha jugado con ellos miserablemente.


Les hizo sufrir. Llorar. Agonizar. Solamente para reírse de ellos al unirles de nuevo en el final.
¿Os ha gustado? Espero que sí ^^ Estoy super contenta porque participé en un concurso de relatos de terror. El premio era publicar el relato en un libro con otros once ganadores y ¡gané! ^^ Cuando sepa un poco más de cómo van a publicarlo os iré informando. Mi historia se titulaba "El compás del Diablo"

21/11/12

Pequeño fragmento ^^

¡Hola! ^^ ¿qué tal os va todo? ¡espero que bien! Bueno pues hoy es Miércoles y dado que he visto que a algunos de vosotr@s os ha interesado mi proposición de dejaros el principio del libro que estoy escribiendo, pues voy a colgar una parte ^^ Os aviso que ahora mismo esta historia no me convence mucho y estoy pensando en dejarla de lado para más adelante o borrarla. Bueno pues espero que os guste y perdón por contestar a vuestros comentarios tan tarde pero es que tuve muchos exámenes :S No me enrollo más y aquí os dejo un pequeño fragmento ^^


Prólogo

Una figura avanzaba con rapidez bajo la lluvia atravesando las calles oscuras y sin gente. Su rostro se encontraba oculto por una capucha. Buscaba su siguiente víctima. Siguió avanzando hasta que una joven de cabellos rojizos apareció en su campo de visión. Ella sería la próxima. La persiguió analizando detenidamente sus movimiento, mientras que ella, ajena al peligro en el que se encontraba, seguía avanzando con prisa y maldiciendo por haberse olvidado el paraguas. La joven firmó su sentencia en el momento en el cual decidió acortar su camino yendo por un callejón. En cuanto se encontró por la mitad de la estrecha, fría y oscura calle el depredador se abalanzó sobre su presa, que solo pudo lanzar un grito desgarrador al aire antes de que la muerte la reclamara.


Capítulo 1

- Les informamos de que han encontrado otra víctima de “La Anaconda”, nombre con el que se ha denominado a este sanguinario asesino que se ha hecho notar en nuestro país durante estos últimos meses. Esta vez los restos de la joven se han hallado en un pequeño  vertedero a las afueras de Toledo. La policía sigue sin encontrar ninguna pista sobre él-

Apagué la radio y me sumergí en mis pensamientos. Desde hacía aproximadamente ocho meses se habían denunciado una serie de desapariciones de jóvenes entre quince y veinte años. Pero desde hacía  unas dos semanas los cuerpos  de las desaparecidas habían comenzado a aparecer de una forma realmente desagradable. Casi todos los cuerpos se habían hallado en distintos vertederos, pero estos casi ni se podían reconocer dado que les habían arrancado las huellas dactilares, pero al menos conservaban los ojos. Lo único por lo cual se las podía identificar puesto que las afectadas tenían un color muy singular. Y los ojos, por algún motivo en especial, eran sagrados para “La Anaconda” y los dejaba intactos.

Creo que nadie merecía una muerte así teniendo tanta vida por delante. Además, por el estado de los ojos averiguaron que los meses que estuvieron desaparecidas probablemente se encontraban vivas y que las mataron solamente unos días antes de ser encontradas. La policía supone que sufrieron un calvario esos meses previos a sus muertes.

-Kira, ¡Kira! ¿Dónde estás?

La voz de mi madre me hizo reaccionar. Cogí la radio y me levanté del suelo. Me hallaba bajo la sombra de un árbol que se encontraba a unos metros de mi casa. Eché una última mirada al lugar antes de seguir los gritos procedentes de mi madre. Mi hogar podría decirse que se encontraba a las afueras del pueblo aunque yo y todas las personas menos mi madre, opinábamos que se encontraba a demasiada distancia como para pertenecer a este. A mucha gente eso les podría incomodar pero a mí me ocurría al contrario. Veía como una ventaja el pode descansar de todo el mundo con solamente internarme en el bosque que rodeaba mi hogar.

-¡Kira!-la voz de mi madre volvió a resonar y aumenté el ritmo hasta que una figura apareció frente a mí. Tenía el cabello recogido en una coleta pero se podía apreciar que por culpa de sus gritos y del sudor que bañaba su mente, pequeños mechones de pelo se habían desprendido.

-¡Mamá estoy aquí!-le chillé para que se tranquilizase. Ella se volvió y me miró con furia. Seguramente estaba muy preocupada y más aún por culpa de los asesinatos cometidos.

-Kira me has preocupado, sabes perfectamente que odio que desaparezcas sin dar señales de vida-la ira había desaparecido de sus ojos y había sido sustituida por  miedo.  Sin decir nada me acerqué a ella y la abracé, se estaba preocupando sin motivo porque era casi imposible que el asesino viniera a buscar a su próxima víctima a un pueblo de menos de tres mil habitantes  y que justamente fuera yo, pero la entendía, las madres siempre eran sobreprotectoras, era una cualidad que las caracterizaba a todas.

-Mamá lo siento la próxima vez te avisaré-la prometí antes de soltarme y dirigirme a mi habitación. No la tenía muy decorada porque nunca había sido de las chicas que llenaban su habitación de posters pero tenía un aire que la caracterizaba y que se parecía a mí. Me tumbé en la cama a recapacitar. Entendía a mi madre en parte, porque no sé por qué ahora se preocupaba tanto por mí. Desde pequeña había sido muy independiente y ella, dándose cuenta de ello, me había dejado mucho espacio que ahora había reducido considerablemente provocando que tuviera que desaparecer del mundo real durante un par de horas. Mientras una discusión se llevaba acabo en mi cabeza, el sueño fue adueñándose de mí hasta que todo se volvió oscuro.
 
 
Esto no es el primer capítulo ni mucho menos pero tampoco os quiero poner una entrada super larga que os maree solo con verla. Espero que no os halláis horrorizado mucho con la historia, ya os dije que no me convencía pero bueno ^^ Todavía me queda la de Canfranc en la cual tengo puestas muchas expectativas.
 
Bss y hasta el próximo Miércoles ^^

¡¡¡Por cierto!!! ¡¡¡Se me olvidaba!!! He decidido subir videos a youtube con mis entradas. Esto es solamente para intentar promoverme un poco en otros círculos ^^ Y además porque sé que es mucho más interesante ver un video y leer que solamente leer :) 

Aquí os dejo el primero, el video está hecho con una entrada antigua de hace como dos o tres semanas ^^ Espero que os guste y que me deis vuestra opinión sobre esta descabellada idea ^^


14/11/12

Quédate conmigo

 

¡Hola! Ya es miércoles así que os dejo una nueva entrada ^^ ¡¡¡Espero que os guste!!!




Quédate conmigo. No partas a un viaje sin retorno. Quédate conmigo y vivamos el presente mientras  se acerca el futuro.

No te marches de mi lado, no abandones ese cálido refugio que te proporcionó mi corazón. ¿Recuerdas cuando tu madre te decía que era de mala educación rechazar un regalo? Pues no rechaces el mío. No repelas mis besos, mis abrazos ni mi amor. Déjate llevar por esa corriente de sentimientos cuando estés conmigo.

Permanece a mi vera y no partas. Entrégate al amor y no sufras. No sufras esa partida innecesaria.

Si aún así decides marcharte te aviso de que nuestro punto de rencuentro será la muerte. Pero... ¿de veras prefieres una vida fría y vacía hasta el fin de tus días?






Por cierto he pensado que para el próximo miércoles os podría dejar una parte del libro que estoy escribiendo (no el de Canfranc, ese está parado porque la trama es muy complicada y ufff no tengo tiempo para escribirla) Bueno el caso es que me gustaría que me dieseis vuestra opinión ^^ 

Bss y espero que os haya gustado.

7/11/12

Olvídate de todo y ven conmigo.

Hola ^^ espero que os guste la reflexión de hoy la verdad es que la he escrito para una amiga que ahora no está pasando por un buen momento. Bss y gracias por leer.


El dolor y la rabia la han consumido por dentro. Su interior está podrido. Ya no queda en ella ni un mísero resquicio de lo que un día fue.  Las lágrimas son sus eternas compañeras.  Y su mayor enemigo, su mayor miedo, es el amor. Ya no cree en príncipes ni en princesas. Ni siquiera  en los cuentos de hadas. Afirma  que solo son ilusiones, espejismos provocados por nuestra mente expresamente  para hacernos sufrir. Ya no escribe todos los días en ese diario que la acompañó tanto en los malos como en los buenos momentos. Sus hojas ahora se hallan rotas y desperdigadas por los recovecos de su habitación. No siente, las emociones carecen de sentido para ella.
-¡Solo son artimañas para  causarnos daño!-grita a los cuatro vientos.
Puede ser verdad. Puede que tenga razón. O puede que no. Abandona  la soledad, vente a mi lado. Empezaremos por sacarte de ese foso que tú misma cavaste. Obligaremos a esa sonrisa que escondes a salir. A que tus ojos vuelvan a brillar. Te obligaremos a ser la de antes. Volverás a amar, incluso puede que el dolor no te abandone y vuelvas  a sentir que no vales nada, que amar es de necios. Pero te darás cuenta de que no merece la pena encerrarse en uno mismo habiendo tanto por descubrir. Todas esas emociones que todavía te son ocultas. Solamente debes ofrecerme tu mano. Entrégamela y la cogeré como si fuese el cristal más frágil del universo. Te guiaré por la vida y prometo que todo lo que te enseñaré te será desconocido. No puedo jurarte que todo sea bueno, solo te puedo decir que confíes, confía en mí y nada ni nadie lograrán que la sonrisa desaparezca de nuestro rostro.

Espero que os haya gustado ^^

1/11/12

Pisando el pasado

¡Hola! Feliz Halloween a todos, bueno a lo que queda de él ^^ Siento haber publicado tan tarde pero es que estaba de fiesta con los amigos :) Espero que os guste la reflexión de hoy. Bss


Ni una lágrima más. Ni una más derramaré por ti. Sé que actúo de forma egoísta pero debo superarlo, quiero salir de este pozo oscuro en el que caí tras tu muerte, Quiero dejar de tener pesadillas con el color de tus ojos y el sabor de tus labios. Quiero dejar de sufrir. Quiero exiliar de mi cuerpo la culpa que me reconcome por dentro. Quiero volver a vivir. Poder sonreír de verdad, no esas falsas sonrisas que obligo a mi boca a instalar en mi rostro cuando me preguntan como estoy. No. Quiero volver a sonreír como cuando estábamos juntos. Quiero volver a  amar. A sentir esas mariposas revolotear en mi estómago. Quiero olvidar tu muerte. Olvidar que existías y que en algún momento te quise. Olvidar el color de tus ojos y el sabor de tus labios. Quiero olvidarlo todo. Absolutamente todo.







Espero que os haya gustado. Bss

24/10/12

Nadie es inmune al dolor

¿Piensas qué no duele? ¿En serio eres tan imbécil como para creértelo? Entonces, si tuvieras razón, ¿De dónde procederían mis lágrimas? ¿De dónde? ¿Y cuál sería la causa de la ausencia de mi sonrisa? ¿Cuál? ¿Y por qué ahora en mis manos tengo débiles fragmentos de lo que en un día pudo considerarse mi corazón? ¿Por qué?

No duele. Destruye. Te mata lentamente. Lo que tú piensas que es obsesión, en mi idioma le llamo amor.

¿De veras piensas que exagero o solo es tú consuelo para evitar las posibles culpas que te reconcomen por dentro? Para tener una excusa con la cual te libres del malestar al ver mis lágrimas derramarse. Para mirarme a mis ojos humedecidos y poder decir:

-No es mi culpa, te lo advertí.

Ya sé que la culpa es mía. Que yo fui la tonta que se emocionó con tus "te quiero" y con tus "para siempre". Lo que no sabía es que tus "para siempre" tienen un final.

Pues espero que sepas que ese nudo en tu garganta, esas noches en vela y esa extraña sensación que sentirás al verme. Eso, será tú castigo.

Y estoy segura de que a esa barbi la cambiarás por otra, pero llegará el momento en el cual te tocará sufrir. Y cuando suceda, estaré allí, en tus recuerdos, junto con más chicas, para aumentar tu dolor. Para que veas como las personas no somos de hierro y la vulnerabilidad yace en nuestro interior. Y es que nadie es inmune al dolor. Ni siquiera tú.





17/10/12

Pulseras de la amistad II parte

¡¡¡Hola!!! Aquí os traigo la segunda parte de Pulseras de la amistad, espero que os guste ^^


 

Seguí avanzado entre la oscuridad del pasillo. Esa noche perduraría en mis recuerdos para siempre. Mi casi fallecimiento, la muerte de mi hermana y el abandono de mis padres. Recuerdos dolorosos y escalofriantes de mi infancia, aquel día me había cambiado por completo. Me habían obligado a madurar de golpe. Hoy era el día en que se me concedería la libertad y me obligaban marcharme del orfanato en el que había vivido durante ocho años entre gritos, llantos y dolor. Siempre había querido volver al lugar en el cual la muerte había estado muy cerca de mí y en donde perdí lo único importante que me quedaba tras la muerte de mi gemela, la pulsera roja que nos regalamos la una a la otra por nuestro noveno cumpleaños y que se me cayó en algún momento de esa inolvidable y angustiosa noche. Si la encontraba podría seguir con mi  vida, hasta a lo mejor podría intentar olvidar el pasado y centrarme en el presente pero para ello necesitaba ese amuleto. Cada vez se me hacia más difícil ver, la oscuridad predominaba en el lugar. De pronto empecé a oír unos extraños ruidos. Avancé en dirección a ellos. Ese sonido se me hacía familiar, conocido. A medida que avanzaba las paredes iban adquiriendo un aspecto más desolador y el putrefacto hedor que desprendían provocaban que contuviera el aliento. Al acercarme más al desagradable sonido, pude identificarlo como gemidos. Lastimosos y afligidos. Se fueron haciendo más fuertes y sonoros, hasta que ese sonido se impuso al latir desenfrenado de mi corazón y al crujir del suelo podrido causado por mi peso. El miedo hacía tiempo que me acompañaba, erradicándome sollozos de terror. Mi tez había adquirido un tono blanquecino. La palidez hacía resaltar el temor que se hallaba en mis dilatados y nerviosos ojos. Me paré en seco cuando encontré la puerta de la cual procedían aquellos incesables gemidos. Esta permanecía cerrada. Coloqué una mano sobre la puerta, su tacto era áspero. Puse mi otra mano también en ella y sin pensarlo empujé la puerta. Esta ante la presión en la que se encontraba, cedió causando un chirrido funesto. El pulso se me había acelerado peligrosamente, podía sentir el movimiento de la sangre en mis venas, el vaivén del flujo que entraba y salía de mi fuente de vida. El sudor me empapaba la frente. Mis ojos se negaban a levantar la vista del suelo por temor a lo que pudiesen observar. Pero algo me obligó a hacerlo, más bien la curiosidad me mataba por dentro pues desde que había accedido a la sala un silencio sobrecogedor se había apoderado de la estancia.  Con lentitud forcé a mi cabeza para que se alzara, pese a su resistencia conseguí mi objetivo. Ojalá hubiese hecho caso a mi instinto. La escena que se mostraba frente a mí me paralizó. Cerré los ojos. Los abrí. Los volví a cerrar. Los volví a abrir. No quería creerlo. Un rayo ayudó a mi visión a observar el lugar. Grité. Lloré. No podía ser. El terror me provocó un irremediable temblor.  Quería parar. Pero no podía. Me creí con fuerzas para observar la escena. Me equivoqué. El corazón galopaba en mi pecho. El sudor recorría mi cuerpo. Cada parte de mi ser era súbdito del terror. Era la habitación donde estuve a punto de morir. En la cual falleció mi hermana. La cama estaba ocupada por alguien. Oculto por una sábana. Avancé un paso. Seguido de otro. Y otro… Hasta que me encontraba enfrente de la cama. Respiré profundamente. Una. Dos. Y tres veces. Levanté la mano y la guié hasta la sabana. La agarré con fuerza. No quería pararme a pensar qué era lo que se ocultaba bajo ese desgastado y sucio trapo. Tiré de ella y cerré los ojos de golpe. Ya había destapado la camilla, ahora solo me faltaba un poco de valor para observar qué era lo que se escondía tras aquel trapo. “Ya he llegado hasta aquí, ahora no puedo echarme atrás”. Me dije a mi misma intentando darme ánimos. Suspiré lentamente. “No soy una cobarde” Seguí pensando. “Lo puedo hacer, solo tengo que abrir los ojos” Con estas conseguí estimularme y realizar mi propósito… Abrí los ojos. Observé atentamente lo que se encontraba justamente en frente de mí. Nada. Desconcertada palpé la camilla en busca de aquel objeto o cosa que había provocado la elevación de la sábana. Una búsqueda inútil. Mi pulso se había normalizado y el terror que anteriormente me acompañaba, había desaparecido por completo. Gracias a la ayuda de otro rayo pude ver algo en el suelo a escasos metro de mí. Me acerqué lentamente mientras mi pulso se volvía a acelerar pero esta vez no de miedo sino de alegría. Una alegría que no tardó nada en envolverme cuando el pequeño objeto estuvo entre mis manos. Mi pulsera. Me volteé para irme de ese lugar en cuanto antes dado que mi misión ya la había cumplido, pero algo se encontraba precisamente detrás de mí. Algo de lo que no me había percatado por el regocijo que me había dado encontrar la pulsera. Instantáneamente me paralicé. Mi mente intentaba sin éxito procesar la información que mis ojos le estaban dando. No sé con exactitud cuanto tiempo estuve ahí quieta frente aquella cosa, pero en cuanto me cercioré de que todo estaba ocurriendo en mi mente salí corriendo por la puerta en busca de la salida. Nunca más volvería a entrar ahí. Nunca más, ni tampoco contaría a nadie lo que vi que aquella cosa portaba en la muñeca. Aquel objeto que me hizo palidecer. La otra pulsera roja.
 
 
 
 
 
Espero que os halla gustado ^^ El próximo miércoles colgaré otra entrada no sé si será otra historia corta o una reflexión ^^ Bss y gracias por leer :)

10/10/12

Pulseras de la amistad

¡Hola! Ya es miércoles y como las dos semanas anteriores voy a poneros una historia corta. Os la dividiré en varios capítulos espero que os guste ^^ el género es el terror.



Los latidos de mi corazón retumbaban con vigor en mi interior. Un sudor frío me recorría el cuerpo. Notaba mis músculos en tensión. Mi visión intentaba sin éxito acostumbrarse a la lobreguez que invadía la sala. La lluvia golpeaba los fracturados ventanales con fuerza acompañada por restos de vegetales. La agonía me imploraba que huyese de allí, que recorriese mis pasos devuelta a la civilización. Pero el coraje luchaba contra ella, en una batalla que tenía de antemano ganada. No iba a abandonar, los últimos resquicios de mi vida se encontraban en una parte de este desolado, vetusto y terrorífico hospital. Traspasé la estancia con determinación. Al final de ella se hallaba una puerta que me conduciría hacia el centro de la derruida construcción. El suelo crujía ante mi avance, formando una perfecta unión con la tormenta para crear una atmósfera cargada de terror. La puerta rechinó al abrirla, dejado a la vista un pasillo sumido en la más profunda oscuridad.  A los diversos lados se encontraban puertas idénticas salvo por el número que se hallaba pintado en cada una. Mi respiración se volvió lenta  mientras intentaba percibir algún sonido que me pudiese alarmar sobre posibles peligros que podrían acecharme en esta edificación. No distinguí ninguna anomalía en el lugar por lo continué con mi avance. La puerta se cerró tras de mí provocando un gran estruendo que resonó por todo el hospital. Pasé de largo numerosas puertas tras las que se escondían recuerdos dolorosos bajo una capa de suciedad. Cada vez me adentraba más en la oscuridad, privándome de lo poco que mi visión se había acostumbrado a ella. Mis pasos resonaban por aquel corredor quebrando el silencio originado a lo largo de los años. El rugir de la tormenta ya no se podía percibir, por lo que yo era la única que perturbaba la quietud del lugar. Los segundos transcurrían y yo seguía vagando por los oscuros y desgastados pasillos. Todavía no había encontrado lo que buscaba, lo que durante tanto tiempo había estado reconcomiéndome por dentro provocando mi insomnio. Ocasionado por esa noche que había estado presente en todas mis pesadillas.

 

***

La noche ya había caído sobre un pequeño pueblo del norte de Madrid y el silencio reinaba en la penumbra, pero fue destronado por un grito desgarrador que perturbó la tranquilidad de los habitantes. Su origen se encontraba en una joven de unos diez años. Se había despertado tras sufrir pesadillas que se acercaban más a la realidad que a la ficción. Sus padres desesperados por los gritos que emitía la joven, la llevaron al hospital que se hallaba a unos kilómetros en otro pueblo con mayor población que estaba a punto de ser reconocido como una ciudad. Eran las tres de la madrugada y el hospital parecía en calma, una calma que no perduró mucho pues rápidamente al llegar los padres con su hija gritando como si se estuviera muriendo la alarma se instauró en la clínica. Los doctores y enfermeros iban de un lado a otro intentando ayudar a la joven, que seguía chillando como una loca.  Los padres vieron con los ojos inundados en lágrimas como se llevaban a su hija a la sala de emergencias mientras que su gemela observaba todo anonadada y asustada. Los padres intentaron calmarla diciendo que se pondría bien, más la niña no era tonta y sabía a la perfección que lo que le estaba sucediendo no era frecuente. Pasaron horas en que la familia se encontraba en completa tensión, lo único que se oía eran los gritos agónicos de la joven. Se encontraban en la sala de espera, una estancia de color grisáceo alumbrada por una tenue luz que refulgía de unos focos situados en el techo. La niña apretaba con fuerza lo único que ahora le ataba a su hermana, una pulsera de hilos rojos que portaban siempre las dos pero cada una en una muñeca diferente. La chica sentía dolor por su hermanita pero no entendía lo que estaba ocurriendo. Podía sentir la angustia que se respiraba en el ambiente, cada gota de sudor que resbalaba de la frente de su padre, la respiración agitada de su madre. Todas esas reacciones no pasaron desapercibidas para la joven que movía con nerviosismo la pulsera como acto reflejo ante la situación. Tras horas que parecieron interminables para la familia, un médico llamó a los padres queriendo hablar con ellos en privado. La niña quería saber que era lo que la ocultaban, el porqué de que su hermana hubiese gritado como si la vida le fuese en ello. Así que cuando sus padres la dejaron sola ella emprendió el camino que habían tomado sus padres. Este la llevó a un pasillo con innumerables puertas de las que procedían quejidos que provocaron que se la pusiese la piel de gallina. La iluminación era mortecina, la mayoría de los reflectores se hallaban fundidos. Una gélida brisa ocasionó un pequeño escalofrío que la recorrió la espalda. Era el perfecto escenario de una película de terror. La joven se concentraba en el sonido de sus pisadas y en el ritmo acelerado de su corazón pretendiendo así poder expulsar esos gemidos que se iban clavando como flechas en su mente.  Anduvo con rapidez adentrándose cada vez más en el hospital. Paró en seco al ver una puerta entreabierta de la cual procedían unos sollozos que reconoció, eran los de su gemela. Gritos. Suplicas. El corazón aceleraba su ritmo a cada paso que daba, sus pupilas se dilataban por el esplendor que se escapaba de la habitación. Algo en su interior la ordenó parar, era su conciencia, pero ella desobedeció ateniéndose a las consecuencias que conllevaría asomarse a esa sala. Ya se encontraba frente a la puerta, los sollozos se oían claramente, la persona de la cual procedían debía de estar aterrorizada. Con lentitud acercó sus ojos al pequeño espacio que separaba la puerta de la pared. Sus pupilas se dilataron lo máximo posible por el miedo al observar la escena que se estaba llevando acabo en la habitación. Su hermana se hallaba atada por unas cuerdas a la cama, sus padres y el doctor hablaban en susurros por lo que no pudo escuchar su conversación. Las cuerdas le estaban haciendo rozadura en las muñecas y en los tobillos, las lágrimas caían de sus ojos sin parar, la habían puesto una soga en la boca para acallarla pero sus lamentos se podían escuchar claramente. Entonces vio avanzar al doctor con una jeringuilla en las manos, el cuerpo de la joven amordazada en la cama comenzó a temblar sin pudor. Los ojos de la chica portaban algo. Terror. La vio intentándose desprender de las cuerdas con desesperación. Eso fue suficiente.  La chica empujó la puerta  abriéndola de un golpe y corrió a defender a su gemela. Los padres de ella la miraron con horror, no esperaban que hiciera presencia. El doctor no se percató de que la joven acababa de entrar y siguió con su cometido, clavar la jeringuilla en el brazo de la chica. La gemela se interpuso entre ambos siendo ella la que recibió el pinchazo. Los padres gritaron y corrieron a abrazar a la joven que se convulsionaba en el suelo sin poder remediarlo. Lágrimas caían del rostro de los familiares al ver la escena, la niña de la camilla lloraba amargamente por lo que el contenido de esa inyección conllevaba. La muerte. Los padres abandonaron en un orfanato a su hija viva, su única cura habría sido la muerte pero tras el fallecimiento repentino de su otra hija no se veían con fuerzas para llevar a cabo esa acción. El olvido no hizo compañía a la chica que recordaría siempre lo que sucedió aquel día en el que sus padres estuvieron a punto de matarla y en el cual su otra mitad había muerto por salvarla. Sus padres eran buenos creyentes y al creer que su hija estaba poseída por el diablo quisieron matarla, una gran equivocación porque años después dieron con la verdadera causa de sus gritos. Era esquizofrénica.
 
 
 
 
 
 


                                                                       ***

Bueno hasta aquí os dejo que no quiero que se os haga muy pesado ^^ Espero que os haya gustado.  ¡el próximo miércoles colgaré la continuación! Bss ^^ Por cierto la historia de canfranc está sufriendo muchos cambios por lo que a lo mejor modifico los primeros capítulos y en cuanto lo haga ¡empezaré otra vez a subir capítulos! Gracias por leer

3/10/12

Pecuniam et avaritia II

¡¡¡HOLA, HOLA!!! Aquí os traigo la continuación de Pecuniam et Avaritia ^^ ¡¡¡¡espero que os guste!!! Y  ya sabeis... de ahora en adelante una nueva entrada cada miércoles ^^ BSS


-Chi… ¡Hip!... Y entonces llegó ¡Hip!... Mi madre y me dijo ¡Hip!... ¡No juegues con la comida!!!-  Carlo se rió escandalosamente.

-Mi querido Carlo, ¡qué gracioso eres!- gritó la mujer que había hecho que bebiera durante horas. Ahora él no podía ni tenerse en pie, y lo manipularía a su antojo.-Y mira qué gracioso es también este papel que pone que firmes, haríais una buena pareja. ¿Por qué no se lo demuestras firmándolo?- añadió ella.

-Mi padre me dijo ¡Hip!...   que nunca firmase ningún papel ¡Hip!...  sin haberlo leído. Pero ahora ¡Hip!...   no puedo leer, así que ¡Hip!...   dámelo y lo firmo. ¿Le caeré bien, al papel?-  preguntó, completamente ebrio.

-Claro, tú le caes bien a todo el mundo- dijo, completamente zalamera. Mientras lo firmaba, ella pensó en la cantidad de dinero que aquella firma implicaba.

-Bueno, esto ya está. Ya somos amigos, el papel y yo- dijo Carlo, ajeno a los pensamientos de su acompañante. Se lo entregó a la chica.

-Muchas gracias, Carlo. Ahora me temo que debo irme, ha sido un placer pasar este rato contigo.- se despidió con la mano, sacudiéndola, seguido por un largo beso que nada tenía de verdadero. Carlo se tumbó en la cama, ajeno a la sentencia que acababa de firmar.

A la mañana siguiente Carlo se levantó con un fuerte dolor de cabeza. No recordaba nada desde que empezó a beber vino con una señorita muy bella que había ido a visitarle. De pronto unos golpes en la puerta hicieron que se quejara por el dolor. Fue a abrir la puerta y se encontró con Paulo Farinelli.

-Buenos días señor Broschi ¿Disfrutó del resto de la noche?-Preguntó con un toque de maldad en la voz.

-Si, eso creo, tengo los recuerdos un poco borrosos.

-Oh, qué pena, entonces ¿no se acuerda de su amigo el papel?

-¿Mi amigo el papel? ¿De qué me habla?

-¿No se acuerda? El contrato que declaraba que yo sería vuestro representante, y por lo tanto, vos deberéis actuar cuando yo os lo ordene. Me alegra mucho que al final decidieseis hacer lo correcto.  Haré que vuestra fama y dinero solo vayan en aumento. Por cierto, desde este instante os llamaréis Farinelli, en honor a mi célebre apellido. Vuestra próxima actuación será en Roma, en el teatro Giovanni cantando la canción “Pecuniam et avaritia”. Partiremos hacia nuestro destino en un par de días. Mientras tanto disfrute de su tiempo libre.-Dicho esto se fue dejando al nuevo Farinelli asombrado.

 

                                                                                               ***

Una mujer tan hermosa como letal se encontraba en una de las más prodigiosas escuelas de violín de toda Italia. Había decidido donar, al mejor violinista, un valioso instrumento que había adquirido recientemente. Cuando el chico aceptase le harían firmar un contrato con e que le controlarían  la vida. Y esa vida, juntada con el talento de otra, les haría enriquecer. Llamó a la puerta, se dio los últimos retoques en los labios y esperó. Se oyeron unos pasos al otro lado y se abrió.

-Buenos días, señorita Margarethe. ¿Qué tal le van sus asuntos?- preguntó un hombre regordete con cara agradable.

-Muy bien, muchas gracias, señor Piscolini. Venía por el asunto del nuevo violinista. Creo que promete, ¿no es así?- preguntó Margarethe con fingida inocencia.

-Sí, señora. El chico es una  auténtica maravilla, y cuando toca, uno siente que los mismísimos ángeles están cantando. Pero no sigamos hablando de él. Pase adentro, y usted misma lo comprobará.

-Es usted muy amable. Me sentiría muy agradecida si me lo presentase. Pero antes déjeme oírle tocar.-Dijo entrando en la sala y mirando fijamente a un muchacho, que, si de verdad era un espléndido artista tocando el violín, su camino y el de esa mujer estarían cruzados. Margarethe se sentó en un sillón y calló esperando que el joven empezara a tocar.

 

                                                                                           ***

Jamás había oído hablar sobre esa ópera así que había ido a preguntar en librerías cercanas y otros lugares en lo que pensó que podrían darle la información que necesitaba. Era una canción poco conocida que, según le dijo el primero de los que preguntó, forzaba al máximo las facultades vocales del artista. Poco a poco se iba enterando de que iba la letra de la ópera. Trataba de un avaricioso rey que quería reunir el mejor ejército jamás visto para dominar muchos territorios y hacerse inmensamente rico.

Ya en sus aposentos, recogía todas sus pertenencias para partir hacia su próximo destino, Roma. En ese momento llamaron a la puerta y una voz masculina le informó de que había llegado su carruaje. Farinelli con un suspiro de resignación y salió de la habitación, dando al hombre sus maletas para que se las llevara.

Al entrar en el carruaje vio que no iba vacío, un joven de unos quince años que portaba un violín en sus  manos, se encontraba dentro. Farinelli se sentó en frente de él y esperó a que el carruaje se pusiera en marcha para empezar a entablar una conversación con su acompañante.

-Buenos días.-saludó cortésmente.-Me llamo Carlos Broschi, perdón, Farinelli.-Se corrigió rápidamente al recordar que Paulo le cambió el nombre,  por culpa de ese contrato en el que fue engañado para que lo firmase su vida le pertenecía para siempre. El joven se tomó su tiempo antes de hablar.

-Yo me llamo Giovanni Perotti, violinista.-Añadió al ver que se quedaba mirando la funda del violín con especial interés. Farinelli no dijo nada al respecto, seguramente Giovanni, al igual que él, tenía como representante a Paulo y actuaría en Roma.

 Llegaron a su destino horas mas tarde. Allí se encontraron con su representante, el señor Paulo, que les avisó de que se alojarían en una mansión que estaba en su  propiedad. Los músicos le pidieron que les dejara irse a sus respectivas habitaciones dado que estaban agotados por la pesadez del viaje. Él aceptó encantado pero les avisó de una cosa que dejó a ambos estupefactos. Los dos representarían juntos dentro de un par de semanas “Pecuniam et Avaritia” en el teatro Augusteo. Los dos artistas se miraron, sorprendidos. Nunca antes habían hecho una actuación junto a otra persona, sus talentos eran tan excepcionales que nadie permitía que tocaran a conjunto. Todavía anonadados cada uno entró en su respectiva habitación para descansar. Seguramente esos días serían bastante duros para ambos.

Los días pasaron y Farinelli y el joven Giovanni por cada segundo que pasaba se sentían más nerviosos. Ensayaban día y noche hasta que el agotamiento les obligaba parar.  Con los días el castrati y el violinista estrecharon lazos. Los dos eran jóvenes promesas de la música y ambos lo sabían. A dos jornadas de la gran noche Farinelli y Giovanni tras un duro día de trabajo oyeron una conversación entre Paulo y Margarethe, la mujer que había conseguido que los dos condenasen su vida al firmar el documento que les entregó. Hablaban sobre cómo conseguirían que hasta los nobles pagaran grandes patrimonios por escuchar a ambos músicos. Haciéndose así más poderosos que ningún otro ser humano. Haciendo que hasta los mismísimos reyes se arrodillaran ante ellos. Solamente debían manipular sus pensamientos logrando con la música más bella que perdieran toda su capacidad de elección y se hicieran adictos a ella. Ante lo escuchado los dos músicos decidieron maquinar un plan con el fin de acabar con el objetivo de Paulo y Margarethe. Esa noche hablaron largo y tendido sobre el final de la carrera de Paulo y satisfechos se fueron a dormir tranquilamente, su plan se llevaría acabo dentro de dos días, hasta la fecha solo podían actuar con normalidad sin levantar sospechas.

 

La noche esperada llegó con prontitud y todos estaban expectantes por la actuación que se llevaría acabo en el teatro Augusteo. La tensión era palpable en el ambiente. Paulo sonreía pensando que su plan era imparable y que dentro de muy poco todos aquellos que estaban sentados en el teatro esperando a que empezara el espectáculo lo alabarían como a un Dios.

Farinelli y Giovanni esperaban nerviosos a que les mandaran al escenario, no podían cometer ni el más mínimo errar si querían que su plan saliese victorioso. Como la última vez, Farinelli tembló al oír que debían salir ya, pero otra vez se llenó de coraje y salió al escenario en compañía de Giovanni, que portaba el lustroso violín escarlata.

Ya en vista del público, todos los murmullos y aplausos se acallaron para dejar paso a una melodiosa sinfonía. El conjunto de estos grandes músicos hizo que a todos los presentes se les ablandara el corazón y que varias lágrimas surgieran de sus ojos. El señor Paulo ya estaba imaginando todas las riquezas y el poder que obtendría con más nitidez, ya pensaba que todo estaba hecho y que su plan había cumplido con su cometido cuando de pronto, la letra de la canción comenzó a cambiar. Farinelli ya no cantaba sobre un rey avaricioso que intentaba conquistar el mundo a base de derramar sangre de gente inocente a manos de su ejército, no, estaba cantando sus planes, desvelando así todos sus secretos, haciendo que el plan que creía perfecto se rompiera en mil pedazos. También el sonido del violín había cambiado, su tono inicial había sido suave, calmado, ahora el sonido era violento, casi desesperado. Los espectadores poco a poco fueron dándose cuenta de que lo que los jóvenes artistas estaban interpretando no era ficción, sino la realidad. Paulo miró a los dos músicos, sabía que ellos eran los culpables de  que su plan se hubiese desmoronado, pero, incluso habiéndole hecho eso, no podía dejar de pensar  en lo maravillosos que eran. Cada uno a su manera pero en el mismo territorio, Mientras miraba embelesado hacia el escenario donde creyó que surgiría su poder los guardias del teatro lo apresaron.

Farinelli y Giovanni al terminara fueron golpeados por una estampida de gritos y aplausos que les alababan. Estos con una sonrisa en la cara por haber logrado que los planes de Paulo se volvieran contra él y por la gran actuación que habían hecho esa noche, salieron del escenario, sintiendo que por fin su vida les volvía a pertenecer.

Lo que sucedió después.

Margarethe fue arrestada en la frontera que separaba Italia de Francia. Junto con Paulo fue condenada a muerte por incumplir las leyes e intentar hacerse con el máximo poder.

Giovanni y Farinelli, tras la actuación, siguieron caminos distintos y no se volvieron a ver.

Farinelli se casó con una joven heredera y convirtió en el castrati personal de la Corte Francesa,  donde vivieron durante muchos años hasta que se dieron cuenta de que sus vidas estaban llegando a su fin y  volvieron a Italia donde pasaron el resto de sus días en una gran villa a las afueras de la capital. Carlo Broschi se quedó con el pseudónimo que le puso Paulo como recuerdo de una de las etapas más difíciles de su vida.

Giovanni poco después de la gran noche tuvo un encuentro con Nicolo Bussoti. Tras una larga conversación Giovanni le entregó “El Violín Rojo” a su verdadero dueño, pero no dejó de tocar. Tuvo mucho éxito en Inglaterra y murió por culpa de una enfermedad años después de haber formado una familia.
Aunque estos músicos no se volvieron a ver, los recuerdos de esa noche perduraron en sus cabezas hasta que sus vidas llegaron al final de su camino, la muerte.







Espero que os halla gustado esta pequeña historia que escribí para un concurso con mi prima. No ganamos porque nos pasamos de la extensión pero lo presentamos a otro y ¡¡¡GANÓ!!!